Los gases nobles son un grupo de elementos químicos con
propiedades muy similares: bajo condiciones normales, son gases monoatómicos inodoros, incoloros y presentan una reactividad química muy
baja. Se sitúan en el grupo 18 de la tabla periódica (anteriormente
llamado grupo 0). Los seis gases nobles que se encuentran en la naturaleza
son: helio (He), neón (Ne), argón (Ar), kriptón (Kr), xenón (Xe) y el radioactivo radón (Rn).
Las propiedades de los gases nobles pueden
ser explicadas por las teorías modernas de la estructura atómica: a su capa electrónica de electrones valentes se
la considera completa, dándoles poca tendencia a participar en
reacciones químicas, por lo que sólo unos pocos compuestos de gases
nobles han sido preparados.
El xenón reacciona de manera espontánea con el flúor (debido a la alta electronegatividad de éste), y a
partir de los compuestos resultantes se han alcanzado otros. También se han
aislado algunos compuestos con kriptón. Los puntos de fusión y de ebullición de cada
gas noble están muy próximos, difiriendo en menos de 10 °C;
consecuentemente, sólo son líquidos en un rango muy pequeño de temperaturas.
El neón, argón, kriptón y xenón se
obtienen del aire usando los métodos de licuefacción y destilación fraccionada.
El helio es típicamente separado del gas natural y el radón se aísla normalmente a partir
del decaimiento radioactivo de
compuestos disueltos del radio. Los gases nobles
tienen muchas aplicaciones importantes en industrias como iluminación,
soldadura y exploración espacial. La
combinación helio-oxígeno-nitrógeno (trimix)
se emplea para respirar en inmersiones de profundidad para evitar que los buzos
sufran el efecto narcótico del nitrógeno. Después de verse los riesgos causados
por la inflamabilidad del hidrógeno, éste fue reemplazado por helio en los dirigibles y globos aerostáticos.
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