Los metales
alcalinos corresponden al Grupo 1 de la Tabla Periódica. Estos
metales son: Litio (Li), sodio
(Na), potasio (K), rubidio (Rb), cesio
(Cs) y francio (Fr).
Constituyen
el 4,8 por ciento de la corteza terrestre, incluyendo capa acuosa y atmósfera.
El sodio y el potasio son los más abundantes; el resto es raro.
El nombre de
esta familia proviene de la palabra árabe álcalis, que significa cenizas;
ya que los primeros compuestos de sodio y potasio fueron descubiertos en
cenizas de maderas.
También, al
reaccionar con agua, estos metales forman hidróxidos, que son compuestos que
antes se llamaban álcalis. Son metales
blandos, tan es así que el sodio se puede cortar fácilmente con un cuchillo. Al
cortarlos o fundirlos se observa su color plateado y su brillo metálico.
Los metales
alcalinos son de baja densidad. Li, Na y K son menos densos que el agua. El Li
es el más duro y a la vez el menos denso. El Cs es el más blando y el más
denso.
Son
blanco-plateados, con puntos de fusión bajos (debido a las fuerzas de enlace
débiles que unen sus átomos) que decrecen según se desciende en el grupo y
blandos, siendo el litio el más duro. Sus puntos de fusión bajos están
comprendidos entre 181º C para el Li y 28,7º C para el Cs.
Estos
metales son los más reactivos químicamente. Por ejemplo: el sodio reacciona
enérgicamente con el agua, mientras flota, desprendiéndose gases de hidrógeno.
El potasio reacciona aún más violentamente que el sodio. Por estos
motivos, esta clase de metales no se encuentran en estado libre en la
naturaleza, sino en forma de compuestos, generalmente sales.
Los
elementos sodio y potasio son componentes fundamentales de los seres vivos. Se
encuentran en forma de iones, cuyas propiedades son muy diferentes a la de los
metales. El NaCl
(cloruro de sodio) es el soluto más abundante en el agua del mar. El KNO3
(nitrato de potasio) es el salitre, y abunda en algunos yacimientos,
especialmente en Chile. Grandes
depósitos naturales de compuestos de litio se encuentran en el fondo de lagos
que se secaron. El rubidio y
el cesio son muy escasos. El francio es altamente radiactivo y de muy corta
vida (22 minutos), por lo que es mucho más escaso aún.
Su
configuración electrónica muestra un electrón en su capa de valencia (1
electrón s). Son muy
electropositivos: baja energía de ionización. Por tanto, pierden este electrón
fácilmente (número de oxidación +1) y se unen mediante enlace iónico con otros
elementos.
Como el
resto de los metales, los metales alcalinos son maleables, dúctiles y buenos
conductores del calor y la electricidad. Presentan
efecto fotoeléctrico con radiación de baja energía, siendo más fácil de ionizar
el cesio. La reactividad aumenta hacia abajo, siendo el cesio y el francio los
más reactivos del grupo.
El litio se
parece bastante más al magnesio en cuanto a reactividad que al resto de los
alcalinos, debido a que el ion Li+ es muy pequeño. Los metales
alcalinos se recubren rápidamente de una capa de hidróxido en contacto con el
aire y reaccionan violentamente en contacto con el agua, liberando hidrógeno
que, debido al calor desprendido, arde (con rubidio y cesio la reacción es
explosiva, ya que al ser más densos que el agua, la reacción la producen en el
fondo y el hidrógeno formado arde produciendo una onda de choque que puede
romper el recipiente). También
reaccionan con el vapor de agua del aire o con la humedad de la piel. Deben
guardarse en líquidos apolares anhidros.
Líquidos
apolares son aquellos cuyas moléculas no presentan polarización, siendo de este
modo hidrófugos (no se mezclan con el agua). Apolares son, por ejemplo, el
aceite, el metano.
Son
reductores poderosos, sus óxidos son básicos así como sus hidróxidos.
Reaccionan directamente con los halógenos, el hidrógeno, el azufre y el fósforo
originando los haluros, hidruros, sulfuros y fosfuros correspondientes.
Con el
amoníaco líquido dan soluciones de color azul en las que hay electrones libres
ocupando cavidades formadas por moléculas de amoníaco; estas soluciones se
emplean para reducir compuestos orgánicos. Según aumenta la concentración de
metal, la solución toma color bronce y empieza a conducir la electricidad.
Casi todas
las sales son solubles en agua, siendo menos solubles las de litio. Se emplean
como refrigerantes líquidos en centrales nucleares (litio, sodio, potasio) y
como conductores de corriente dentro de un revestimiento plástico. Sus
compuestos tienen un gran número de aplicaciones.
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